Las 1.081 páginas difundidas ayer son parte del acuerdo firmado entre Macri y Obama en marzo. Se entregó una copia a organismos de derechos humanos pero pueden leerse en inglés por Internet.
Ayer a la tarde se realizó una conferencia de prensa en la Casa Rosada, a cargo del vicecanciller Carlos Foradori, el secretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural Claudio Avruj y el Representante Especial para los Derechos Humanos de la Cancillería Leandro Despouy.
Los tres funcionarios citaron a la prensa y a organismos de derechos humanos para presentar los documentos sobre Argentina, correspondientes al período 1977-1982, que el gobierno de los Estados Unidos decidió desclasificar y dar a publicidad. La entrega de esos documentos es parte de un acuerdo firmado entre Barack Obama y Mauricio Macri el 24 de marzo último, cuyo primer cuerpo fue presentado en Buenos Aires la semana pasada por el Secretario de Estado estadounidense John Kerry.
Según la información oficial, esos documentos provienen de 14 agencias y departamentos del gobierno de Estados Unidos, reunidos en unas 1.081 páginas. El conjunto del material está en inglés y puede accederse a él ingresando al sitio web de la Oficina de la Dirección Nacional de Inteligencia yanqui. “Estamos sorprendidos por la rapidez en que Estados Unidos entregó la documentación después del acuerdo con el presidente Obama, pensábamos que esto iba a tardar más de un año”, dijo Avruj en la conferencia de prensa.
Una copia de esa documentación fue entregada ayer (en papel y en CD) a las Abuelas de Plaza de Mayo, organismo que la había pedido formalmente. Ayer en la casa de Gobierno el secretario de Abuelas Abel Madariaga recibió el material, acompañado por una delegación compuesta de miembros del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), de Familiares de Detenidos Desaparecidos por Razones Políticas, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) y el Equipo Argentino de Antropología Forense.
Además de este primer informe (que, según Avruj, estará a disposición del público en la sede del Museo de la Memoria) los funcionarios presentaron un resumen del contenido de esos documentos. Allí se habla de casos de secuestros y torturas (Alberto Samuel Falicoff, Alfredo Bravo, Jacobo Timerman, entre otros), del informe escrito en 1979 por la entonces secretaria para Derechos Humanos y Asuntos Humanitarios estadounidense Patricia Derian, de informes de inteligencia sobre el golpe de Estado y de cartas entre los genocidas y funcionarios yanquis.
Entre algunas curiosidades, el resumen dice que hay partes del informe de Derian que fueron “borradas por el secretario de Estado Henry Kissinger”, lo que no es otra cosa que una cobertura por eventuales ausencias en los documentos. Y también plantea que en una carta del entonces presidente Jimmy Carter a Jorge Rafael Videla se expresa la coincidencia de ambos países “en la defensa de los derechos humanos” y hasta se “agradece invitación a la boda del hijo de Videla y lamenta no haber podido participar”.
La información del poder
De la traducción de las 1.081 páginas surgirán, seguramente, diversas “perlas” de las relaciones diplomáticas y datos que complementen mucho de lo que ya se ha comprobado en cuatro décadas de lucha de organismos de derechos humanos, pese a los intentos de los sucesivos gobiernos argentinos y estadounidenses de negar el acceso a archivos.
Por caso, pese a los intentos macristas de minimizar los efectos del genocidio y reflotar la reaccionaria teoría de los dos demonios (fundada por el alfonsinismo), en los documentos desclasificados dice que el informe de Patricia Derian ya contemplaba en 1979 cifras de desaparecidos que superaban 20 mil, apoyándose en datos de Amnistía Internacional.
La traducción de algunas de esas páginas también muestra el nivel de amistad entre la administración estadounidense y los genocidas argentinos. El 18 de noviembre de 1977 el encargado de Asuntos Latinoamericanos de la Oficina de Seguridad Nacional Robert Pastor afirmaba en un “memorandum” que los argentinos ya no eran “tan sensibles a la incursión de Estados Unidos como lo eran en los ´40”. En ese sentido consideraba que “el poder de otorgar legitimidad a Videla es nuestra carta de negociación más poderosa y debemos ser cuidadosos en cómo utilizarla”.
Estos archivos desclasificados pueden aportar alguna información que hasta el momento no se tenía. Pero si tanto el gobierno de Obama como el de Macri están dispuestos a hacerlos públicos de esta manera, difícilmente contengan datos sensibles que sirvan para juzgar a quienes se vieron beneficiados, en última instancia, con el genocidio perpetrado por la dictadura cívico-militar.
La apertura incondicional de todos los archivos secretos que poseen ambos Estados, como también de los que atesora el Vaticano y demás instituciones capitalistas, sigue siendo una demanda que, lejos de conseguirse con "generosidades" estatales, deberá ser arrancada con la lucha y la organización.
Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Se-publicaron-algunos-archivos-de-Estados-Unidos-sobre-la-dictadura
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