sábado, 9 de julio de 2016

El Vaticano condena a 18 meses al cura español que filtró documentos

El prelado español Lucio Ángel Vallejo Balda, que aseguraba haber sido sólo una marioneta en manos de la italiana Francesca Chaouqui, su colaboradora, ha sido condenado a 18 meses de cárcel por la Justicia vaticana por la filtración de documentos confidenciales.
Ambos formaron parte de COSEA, la comisión instaurada por el Papa Francisco en 2013 para evaluar la situación de las finanzas vaticanas y habían sido acusados de asociación criminal y de haber filtrado los documentos confidenciales de la comisión a los periodistas italianos Emiliano Fitipaldi y Gianluigi Nuzzi, también imputados y finalmente absueltos.
"No consigo dormir. A partir de mañana la condena -segura-- cambiará mi destino. Y sin embargo no he cometido esos detilos. Soy inocente. Ya no tengo más voz ni fuerza para gritarlo. Esta es mi última noche de persona libre". Las palabras que ayer escribía en las redes sociales Francesca Immacolata Chaouqui, la única mujer imputada en el escándalo de filtración de documentos confidenciales de la Santa Sede bautizado como Vatileaks II, se han hecho realidad. La 'papesa', como se la conoce en los ambientes vaticanos, ha sido condenada por la Justicia del Estado Vaticano a 10 meses de prisión.
Sin embargo, dado que la condena de Chaouqui es inferior a un año y el sarcerdote español ya se encontraba en prisión preventiva y se ha reducido su condena al declararse culpable, ninguno de los dos irá a la cárcel. Además es posible que el Papa Francisco conceda la gracia y perdone a ambos, como en su día hizo Benedicto XVI con su ex mayordomo, Paolo Gabriele, en el primer caso de filtración de documentos confidenciales del Vaticano.
El Tribunal vaticano ha sido más benevolente con los periodistas italianos a los que ha absuelto por "incompetencia" del propio Tribunal al tratarse de ciudadanos italianos que no han cometido ningún delito en el Estado Vaticano. Ambos habían sido acusados de divulgación de documentos confidenciales de la Santa Sede, informaciones a las que habrían tenido acceso a través de Chaouqui, Vallejo Balda y Nicola Maio (secretario de Vallejo), y que publicaron en dos libros: Via Crucis y Avaricia. Maio, colaborador de monseñor Vallejo Balda en la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede y el archivo de la COSEA, también ha sido absuelto por la Justicia vaticana.
"No se puede acusar a los periodistas de estar dispuestos a publicar documentos. Es un derecho y un deber de nuestra profesión", ha dicho Gianluigi Nuzzi mientras sostenía una copia de su libro y otra de la Constitución italiana a la salida del Tribunal. "La prensa no puede ser objeto de autorizaciones y censuras", ha insistido el autor de 'Vía Crucis'.
Ayer, profundamente preocupada por la lectura de la sentencia que se ha conocido este jueves, Chaouqui amenazaba primero con 'tirar de la manta' para más tarde asegurar no tener miedo de la cárcel ahora que su hijo, un bebé al que dio a luz hace a penas tres semanas, había nacido.
"Podría entregar a los periodistas presentes en el Tribunal el archivo integral de la COSEA, el informe sobre la seguridad del Estado Vaticano, documentos sobre las cuentas laicas del Banco Vaticano, informes sobre las nunciaturas, cartas y otros documentos que reposan en la caja fuerte junto a mi dormitorio", escribía la ex relaciones públicas italiana. "Sería la justa venganza para apagar la rabia de una persona inocente". Nada de eso. A la salida del Tribunal vaticano, Chaouqui, escondida detrás de unas oscuras gafas de sol, ha dado la palabra ante los periodistas a su abogada, Laura Sgrò, que ha asegurado que valorarán "si recurrir o no la sentencia".
Durante el juicio, la abogada del sacerdote español, Emmanuela Bellardini, ha intentado demostrar que la relación entre éste y la relaciones públicas Francesca Chaouqui se basaba en el miedo y la "presión psicológica". Para demostrar su versión, Bellardini leyó durante el juicio varios mensajes telefónicos de Chaouqui al sacerdote español en los que ésta le insultaba y le amenazaba con destruir su carrera. "Vales menos que cero, gusano", le escribía en uno de los mensajes.
Francesca Chaouqui y Lucio Ángel Vallejo Balda se conocieron a principios de 2013. Ambos formaron parte de la COSEA, la comisión instaurada por el Papa Francisco ese mismo año para evaluar las finanzas vaticanas y hacer propuestas de reforma y mejora en la gestión económica de la Santa Sede. Según Vallejo Balda fue ella quien le presentó a los dos periodistas imputados en el caso. Y es a ellos a quienes el prelado español reconoce haber pasado "claves de acceso" a documentos reservados de la Santa Sede y otros informes, sobre todos los relativos a las conclusiones de la comisión.
El prelado español de 54 años y secretario de la Prefectura para Asuntos Económicos de la Santa Sede fue detenido el pasado mes de octubre acusado de "sustraer y divulgar noticias y documentos reservados" de la Santa Sede. En el Vaticano no existe una cárcel y, por eso, tras pasar varios meses de prisión preventiva en una celda de la Gendarmería vaticana -la misma que ocupó Paolo Gabriele, el mayordomo 'infiel' de Benedicto XVI y protagonista del primer 'Vatilekeaks'--, a Vallejo Balda se le concedió el arresto domiciliario a finales de diciembre, aunque esta condición le fue revocada por haber mantenido "comunicación con el exterior", según señaló el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
Más tarde fue recluido en el Colegio de los Penitenciarios vaticanos, en el Palacio del Tribunal, a escasos metros de la residencia del Papa Francisco en la Casa de Santa Marta, en donde durante estos meses sólo ha recibido la visita de su sobrino, un sacerdote del Opus Dei. A su llegada al Tribunal este jueves ha repartido entre los periodistas reliquias de Juan Pablo II.
Fuente: http://www.elmundo.es/sociedad/2016/07/07/577e7949e5fdea8a478b4605.html

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