De trayectoria internacional, Voluspa Jarpa expone por primera vez en el país en una muestra que se inaugura hoy en el Malba.
Lo que hay es lo que ves. La artista chilena Voluspa Jarpa recurre a este axioma del minimalismo para explicar la esencia de su muestra, que se inaugura hoy, en el Malba, y que tiene como eje el alcance continental del Plan Cóndor y sus efectos sobre los países latinoamericanos.
La exposición, titulada "En nuestra pequeña región de por acá", utiliza como elemento central, en su forma y contenido, los archivos desclasificados de la CIA entre 1948 y 1994, de 14 países. El volumen de estos documentos es descomunal. Sólo sobre Chile hay desclasificadas más de 200.000 páginas.
La artista recrea esa magnitud con una megainstalación al inicio de la sala -1 del primer piso del museo. Esta pieza, de más de 20 metros de altura, reúne largos listados que penden del techo con impresiones de centenares de esos archivos otrora secretos. Son copias con tachaduras, fotos y sellos. Sin ornamentos. Se aprecia la claridad del objeto y la autora convierte los textos en la imagen de su proyecto artístico. Lo que hay es lo que se ve.
Jarpa decidió vincular los archivos de este momento histórico-político con el movimiento artístico significativo de esos tiempos: el minimalismo. En alusión a ello, crea réplicas de obras de Donald Judd, fundador de la corriente, como dos piezas a modo de archivo, bandejas y cubos de los que salen o en los que se almacenan documentos.
Al fondo de la sala principal, el protagonismo es para una especie de panteón que reúne retratos hechos a mano por la artista de 21 presidentes y máximas autoridades asesinadas o que murieron en extrañas circunstancias durante esos años. A los lados, hay más cuadros de otros rostros de presuntas víctimas de estas operaciones. Entre ellos figuran los de Jorge Eliecer Gaitán (Colombia), Salvador Allende (Chile) y Omar Torrijos (Panamá). Son pinturas sobre soportes en bronce pulido (material alusivo a los memoriales). En un espacio lateral, oscuro, se proyectan imágenes de época de la muerte (asociada a sus cargos) de ocho de los retratados.
En otro espacio, un video proyecta imágenes en las que Jarpa aparece en clases particulares junto a su profesor de inglés traduciendo los archivos de la CIA. Paradójicamente, la artista aprendió el idioma para interpretar la historia. Se trata de un video multicanal de cinco pantallas con la obra Translation Lessons (2012-2016), que reflexiona sobre el inglés como idioma hegemónico.
En otro espacio oscuro, la obra entra por el oído. Un archivo sonoro repite 27 discursos de autoridades latinoamericanas en los que, "de alguna manera, explican sus muertes", señala Jarpa.
La artista, que participa asiduamente en el circuito de bienales internacionales, lleva 15 años investigando y estudiando los archivos desclasificados de las agencias de inteligencia referentes a la las décadas de la Guerra Fría. De Argentina, "hay muy poco desclasificado. Hay mucho material de la posdictadura, con el foco puesto en las víctimas, pero no de los años comprendidos entre 1960 y 1976, aunque Obama dijo que se iban a liberar documentos", apuntó la artista.
La autora chilena, que durante su infancia vivió en distintos países del Cono Sur (Brasil, Paraguay, Chile, Argentina), dice que el tema de la represión en Latinoamérica estuvo presente en su imaginario infantil.
Entre los documentos que ha estudiado, quiso referirse especialmente a uno: 'Estudio sobre un asesinato', desclasificado el 12 de julio de 1995. Se trata de un manual instructivo sobre cómo cometer un asesinato. Entre otras cosas, los Servicios de Inteligencia indican que, "matar a un líder político puede ser algo bueno; y no debe quedar constancia de los asesinatos: ni por escrito ni en grabaciones; y deben ser realizados, preferiblemente, por una sola persona". Además, el documento explica las técnicas que se pueden utilizar para matar al sujeto: "variarán si éste está consciente o no. Pueden ser asesinatos simples, incluir persecución o implicar que el asesino muera con el sujeto". Por otro lado, el autor de la muerte debe tener habilidad en el uso de los medios a emplear en el acto: "drogas, venenos, armas de fuego, armas de filo". El asesino, indica el manual, "debe ser un fanático".
Sus 15 años de investigación, además de servirle para su proyecto artístico, le han permitido a Jarpa establecer lazos con familiares de las víctimas y con representantes de distintos organismos de derechos humanos.
"En su 15 aniversario, el Museo eligió la obra de artistas con la idea de crear conciencia sobre el pasado, como la de Voluspa; la de Yoko Ono, reflejo de las utopías de los 60, y la de Claudia Andujar sobre el Holocausto", explicó Agustín Pérez.
Fuente:http://www.lanacion.com.ar/1918184-una-artista-chilena-convierte-en-arte-archivos-desclasificados-de-la-cia-sobre-el-plan-condor
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