Carlos Saura, la fotografía como archivo de la memoria.
Que importante es la facultad psíquica por la cual se retiene y recuerda el pasado por medio de la relación de los recuerdos y los datos personales de la vida de quién la cuenta, la escribe, lo dibuja o fotografía. A través de esa relación de algunos acaecimientos particulares, que se escriben, se dibujan, o se fotografían para ilustrar una historia, el director de cine Carlos Saura nos recupera y cuenta desde la óptica de la lente de su cámara de entonces, una década ya lejana de la historia de España, a través de su archivo fotográfico, en el que se encuentran sus primeras creaciones de “España años 50″ (La Fábrica). Un trabajo documental histórico, un álbum fotográfico sobre los pueblos y gentes de una España que en esa época sufría una represión franquista y eclesiástica descomunal, ahogando a sus gentes, que Carlos Saura fue descubriendo en sus diversos viajes por el país retratando un modelo de sociedad casi en el medievo. De sus andanzas por Castilla y Andalucía le vino la idea de hacer un libro sobre los pueblos y las personas de la España de aquellos años 50. Pero el proyecto se quedó parado por la culpa del cine. En 1957 le encargaron hacer un documental sobre Cuenca y en el año 1959 cuando preparaba su primer largometraje, “Los golfos”, después de deshechar una oferta de la revista Paris-Match, se impuso el cine, de lo que no se arrepiente y no le ha impedido que deje de fotografiar todo aquello que ve y que le llama la atención.
Que importante es recuperar la memoria para saber bien de dónde viene este país y sobre todo de dónde viene una sociedad que hace poco más de 60 años en los núcleos rurales se veía que no tenía prácticamente nada, subsistiendo con lo justo, viviendo en casas humildes bañadas por las calles empedradas que con solo verlas duelen los pies. Una diferencia abismal entre las ciuades y los pueblos, viendo a a estos y a sus gentes, muy perjudicados por una posguerra muy dura.
Que importante es conocer la memoria para que no se tergiverse en detrimento o a favor, tanto de unos o de otros, manipulando o haciendo demagogia de la historia de nuestro país. Por eso la importancia de que cada individuo acuda a las fuentes de información para desde la libertad individual adquirir conocimiento y cultura de una época pasada.
Saura no solo nos nos retrata en el libro aquella época, también comparte parte de sus reflexiones sobre la fotografía y cómo ha influido en su vida a lo largo de los años. Se consideraba un “fotógrafo ocasional, que, demasiado tímido para ser un reportero a la caza de las noticias de última hora y sin la paciencia del pescador para ser un paisajista a la manera de Weston o de Ansel Adams, se ha limitado a pasear con una cámara y a recoger imágenes que me llamaban la atención”.
“Nada como la fotografía para reavivar la memoria y el recuerdo: basta con mirar atentamente una fotografía del pasado para que inmediatamente aparezca una parte de la historia que todos llevamos dentro.”
“Recuerdo la impaciencia que me embargaba al contemplar cómo de un papel en blanco e impoluto iba surgiendo en la cubeta del revelador la imagen de la fotografía que hicimos en un día. ¡Era un milagro!”
El cienasta transmite a través de este monumental trabajo el valor de la fotografía como testimonio con un grandísimo valor documental e histórico. Un recorrido que empieza por Cuenca en la llamada Ciudad Encantada, en ella retrata la erosión de las lluvias y los vientos esculpidos en las rocas, creando unas composiciones poéticas de contrastes lumínicos. Más tarde al trasladarse los veranos a la parte alta de la ciudad de Cuenca, allí empieza a tomarse más en serio la fotografía preocupado por la composición y la estética, influenciado por los libros y revistas que consumia de fotografía, que abogaban por fuertes contraluces, cielos con filtros naranja, reflejos y volúmenes, sin desdeñar la presencia humana en sus composiciones y las fiestas populares. Los paisajes y costumbres como la matanza del cerdo en Cañete (situado a unos 70 km al este de la capital provincial), una práctica que se hacia en mitad de la plaza del pueblo y era una fiesta, no exenta de crudeza, que se practicaba en muchos pueblos de España, y que en la actualidad todavía se sigue haciendo en algunos.
”Uno ya sabe en el momento de apretar el disparador si la fotografía vale la pena.”
“Me defino como un fotógrafo aficionado con afán de perfección”
Después busca su afirmación como profesional en Madrid. En la capital experimenta con los límites de las emulsiones y retrata una ciudad gris (y no por el uso del blanco y negro, que es una de las constantes en la obra de Saura, así como una cierta economía de medios que desde el inicio marcó sus creaciones). Muestra una sociedad en parte melancólica que ataca esa melancólia con bailes como los de la serie que realizó de “La tarde de domingo” en la que documenta cómo eran las salas de baile a las que los domingos acudían las chicas de servir, para buscar novio y librarse de los trabajos en las casas de la burguesía acomodada.
Viaja a Sanabria, zona de Castilla fronteriza con portugal y Galicia y experimenta en primera persona la miseria de una zona vestida por las casas de tejado de paja, algunas sin ventanas, un paisaje casi del medievo, si no llega a ser porque acababan de instalar la luz eléctrica. La mayor parte de las gentes retratadas por Saura murieron al reventar el muro de contención del embalse cercano. Pasa también por Valencia y Andalucía, experimentando los fuertes contraste paisajisticos de España entre las zonas de interior y las que se encuentran bañadas por el mar.
El volumen se compone de 180 de sus primeras creaciones en un total de 256 páginas. Unas fotogfrafías que el paso del tiempo les da un valor añadido por su historia y la forma de contarla, son testimonios y documentos de una realidad concreta que ha pasado en nuestro país y que de vez en cuando deberíamos echar la mirada atrás y valorar más lo que tenemos en la actualidad. Un libro imprenscindible para todo amante de la fotografía y de la historia de nuestro país.
Fuente: http://abcblogs.abc.es/fahrenheit-451/2016/05/27/carlos-saura-la-fotografia-como-archivo-de-la-memoria/
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