martes, 26 de abril de 2016

Reliquias del Archivo de Bogotá, presentes en la Feria del Libro

Libros sobre poesía, planos, fotografías y discursos se obsequiarán a los visitantes en Corferias.

En el Archivo se pueden encontrar películas de 16 y 35 mm de las primeras grabaciones.
Foto: Mauricio León / ELTIEMPO
En el Archivo se pueden encontrar películas de 16 y 35 mm de las primeras grabaciones.                               
Imágenes de Sady González (fotógrafo del Bogotazo); retratos de concejales de 1910 y el primer libro impreso en Bogotá llamado 'El cristo paciente' hacen parte de la memoria de la capital que el Archivo de Bogotá exhibe en la Feria Internacional del Libro.
Cerca de 12.000 libros y más de 1.000 discos se han estado entregando a los amantes de la historia y la literatura de manera gratuita en el pabellón 19, stand 413.
La investigación, conservación y digitalización que ha hecho el Archivo durante trece años de este material histórico, con el apoyo de distintas administraciones, ha logrado que el archivo sonoro, fílmico e impreso pueda llegar a los hogares de los bogotanos.
 
Estos títulos reúnen documentos sobre las fiestas y personajes importantes de Bogotá, conservados en la Urna Centenaria desde 1911 hasta 2003, fecha en la que fueron llevados al Archivo. Entre esos documentos se encuentra una de las copias del Acta de Independencia Nacional; el primer periódico que hizo Antonio Nariño, La Bagatela, y algunos planos antiguos de la ciudad.
También se han recopilado fotografías del Bogotazo, libros con pasta de cuero que fueron comprados a entidades del Distrito y a diferentes artistas. Según Bernardo Vasco, responsable de la exposición del Archivo en la Filbo y quien promueve la idea de llevar el archivo a las calles, esta es la oportunidad para que la gente conozca la historia de su ciudad.
Estaremos en Corferias hasta el final de la Feria del Libro, obsequiando a los visitantes nuestra revista Memoria, una recopilación de fotografías de la Bogotá de antes y de ahora, el disco de los discursos de Jorge Eliécer Gaitán y poemas en la voz de Eduardo Carranza”, dijo Vasco.
Los visitantes también se podrán llevar todas las imágenes de los mejores fotógrafos como Daniel Rodríguez, quien hizo un registro de la sociedad bogotana de 1940, como los niños que vivían en las calles de La Candelaria.
Sin la ayuda de los curadores y coordinadores como Daniel Rincón, quien se encarga de mantener el archivo a una temperatura estable, conservar los documentos y fotos en el cartón y el plástico que los protege, no se podría contar más de cien años de historia.
Aquí nos llega mucha documentación, pero antes de ser aceptada, es evaluada por algunos investigadores. Cuando pasa ese filtro, yo tomo el material, lo organizo por formato y se archiva en los depósitos”, menciona Daniel.

Son 56 los depósitos que guardan el registro de sucesos grandes y minúsculos, como el libro más antiguo, El ramo de propios, de 1670, que se salvó de dos incendios provocados, cuenta Bernardo Vasco.
“El primero fue en el Palacio Virreinal, lo que hoy es el Capitolio. Un preso le prendió fuego a los archivos provocando la desaparición por completo del Palacio. El libro es lo único que sobrevive. El segundo incendio sucedió el 20 de mayo en 1900. El alemán Emilio Streicher prendió fuego a su sombrerería para cobrar el seguro. Las llamas alcanzaron el archivo del Concejo y toda la documentación se quemó, menos el libro El ramo de propios, que con gran suerte lo seguimos conservando en el Archivo de Bogotá”, relata Vasco.
Estas son las historias que los visitantes a la Filbo, además de escucharlas en su visita al stand, también podrán llevarlas a sus casas.
 

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