viernes, 29 de abril de 2011

México. El futuro del AGN

El AGN podría perder en 20 años patrimonio

En las actuales condiciones, documentos antiguos podrían destruirse por la temperatura y humedad en el Lecumberri
SEDE. Las instalaciones no garantizan la seguridad del patrimonio documental (Foto: ALMA RODRÍGUEZ EL UNIVERSAL )
Viernes 29 de abril de 2011 Sonia Sierra | El Universalssierra@eluniversal.com.mx
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En 1952, cuando el dramaturgo Julio Jiménez Rueda era director del Archivo General de la Nación (AGN), escribió que mientras la institución no tuviera un edificio propio y adecuado, el patrimonio histórico estaría en “inminente riesgo de desaparecer”.
El escritor pedía para el AGN una autonomía como la que tenían los institutos nacionales de Antropología e Historia, y de Bellas Artes:
“El ser una dependencia de una Secretaría política como es la de Gobernación constituye un serio inconveniente para su desenvolvimiento, porque por razón natural predominarán en esta dependencia los intereses políticos a los culturales e históricos, y el Archivo quedará siempre postergado en sus propósitos”, escribió en su carta de retiro.
A casi seis décadas del informe, el AGN sigue dependiendo de Gobernación y, como lo advirtió Jiménez Rueda, los intereses políticos están por encima de los culturales e históricos.
Aún no ha sido aprobada en la Cámara de Diputados la iniciativa de Ley Federal de Archivos que, entre otros puntos, plantea descentralizar el archivo (es probable que su debate se retome hasta el siguiente periodo legislativo).
A pesar de que la construcción de la nueva sede del AGN fue presentada a comienzos de 2008 como una de las 400 acciones más importantes de la administración para festejar el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, la propuesta ha pasado por el cambio de sedes, el recorte presupuestal, la celebración de concursos que no se firman e, incluso, el recorte total de recursos: para este año, no se asignó un peso a las nuevas obras.
Saturación y obsolecencia
Aunque desde 1982 el AGN cuenta con un edificio, la antigua Cárcel de Lecumberri, las condiciones de éste no son las adecuadas: hay saturación, reconoce la actual directora del AGN, la doctora Aurora Gómez Galvarriato; incluso, ya no se cuenta con espacio para guardar los documentos con carácter histórico que se encuentran en los archivos de la Administración Pública Federal.
Gómez Galvarriato también critica que las tecnologías de restauración son antiguas y que el actual sistema de digitalización no es el idóneo para un archivo de estas dimensiones.
El 60% del acervo colonial del AGN está en condiciones que demandan su restauración; 10% de esos documentos ya están clasificados en la galería cuatro, la de los acervos más antiguos, con la etiqueta “fuera de consulta”, por el alto nivel de deterioro que guardan. Para el caso del siglo XX, la situación no es mejor: el papel en que fueron hechos es más frágil y, a pesar de su “corta edad”, muchos se deshacen.
Gabriela Recio Cavazos, directora adjunta de Acervos Históricos del AGN, describe en un recorrido por el edificio que muchos documentos de comienzos del siglo pasado fueron hechos en papel cebolla, por lo cual algunos terminan por desmoronarse. Justamente, los de peor calidad fueron los producidos durante los años de la Revolución y en la década de los 20.
Los materiales del AGN se guardan en las que eran las celdas de la cárcel, y sus espacios son tan reducidos que eso hace imposible instalar en las más de 800 equipos de control de humedad y temperatura (y el costo sería imposible de pagar). Las condiciones ideales para la preservación de los documentos son de 18° de temperatura y 45% de humedad, pero la realidad es que hoy en día en el AGN son de 25° de temperatura y 60% de humedad, lo cual les da un índice de preservación de tan sólo 20 años, reconoce en entrevista la directora. Estas condiciones no sólo generan acelerado envejecimiento de los archivos sino que representan alto riesgo de contaminación por microorganismos.
Además, la mayoría de los documentos mexicanos están hechos con tintas ferrogálicas, soluciones formadas a partir de hierro, que pueden traer oxidación a los mismos. Restaurar hoy tan sólo un volumen novohispano se toma cuatro meses; hacerlo en los laboratorios con las condiciones idóneas se tomaría una semana.
El edificio actual, y así lo han denunciado anteriores directores del AGN, pone en riesgo el acervo ante siniestros como inundaciones, temblores e incendios. Tampoco brinda la seguridad para evitar el robo de documentos.
El Archivo se muestra
En este contexto, mañana se inaugura la exposición El Archivo General de la Nación nuestro pasado, presente y futuro, a las 12 horas, en la sede del AGN.
La muestra presenta con fotografías y gráficos, en nueve paneles, así como en dos maquetas y un video, los tres tiempos del edificio.
Del pasado del edificio, figuran narrativas, imágenes y retrospectiva de cuando era la prisión. Luego muestra el momento en que se convierte en sede del AGN. El presente da cuenta del estado actual del archivo, refiere que su información está resguardada en 740 fondos, secciones y series, y contienen cerca de 375 millones de hojas que, en distancia, equivalen a aproximadamente a 52 kilómetros o a subir casi 10 veces el Popocatépetl. Los museógrafos documentaron también los problemas de humedad, temperatura, saturación.
Parte de su momento actual es que el AGN es el acervo más importante de América Latina: al año recibe 50 mil visitantes, el 93% son investigadores mexicanos; ocho de cada diez extranjeros provienen de EU y Europa.
El tema del futuro, explican los arquitectos Julio Amezcua y Francisco Pardo, del despacho at103, quienes fueron ganadores del concurso para rehabilitar la prisión de Lecumberri, destaca tanto las obras en el Edificio de Procesos Archivísticos, que está a cargo del arquitecto colombiano Juan Pablo Ortiz (aunque esta etapa de trabajos está detenida) y del proyecto de at103.
“La exposición en nuestro énfasis -explica Amezcua- , da las ideas de conectar con la ciudad, recuperar el edificio, activar y multiplicar su potencialidad e involucrar a la ciudadanía. El futuro es el anhelo, el deseo de convertir esto en un lugar público.
Pardo refiere que uno de los objetos de la exposición es concientizar acerca de la importancia de recuperar el archivo. “La traba es en la Secretaría de Gobernación: están preocupados por matar narcos, no por hacer bibliotecas”. Las maquetas expresan el conjunto del proyecto, la estrategia urbana, la vida que se generaría desde el vestíbulo.
Más allá de lo urgente
Ante la falta de presupuesto para completar las tres etapas de obras en el AGN, la directora reconoce que es complicado pensar en el proyecto global.
“La Secretaría de Gobernación tiene otras prioridades más urgentes, y el Archivo General de la Nación no tiene capacidad de ejecución. Estamos atados de manos como AGN para tener procesos más rápidos. La descentralización del Archivo le daría autonomía y un presupuesto propios que hoy no tiene”.
La primera etapa de obras contempló la demolición del edificio de RENAPO (donde estará la nueva sede del AGN), la restauración del Palacio de Lecumberri y la adquisición de un sistema informático, entre otras obras.
La segunda etapa comprende la construcción del Edificio de Procesos Archivísticos, que consta de dos cuerpos y, al frente del cual está el arquitecto Juan Pablo Ortiz.
Para construir este año el cuerpo de laboratorios (que incluiría los de Reprografía y automatización, Conservación y restauración, Documentos e investigación y Circulaciones) no hay presupuesto. La directora del AGN dice que se espera que Gobernación, a partir de sus ahorros, destine este 2011 alrededor de 100 millones de pesos a las obras que, en tal caso, se iniciarían hasta el mes de septiembre. En 2012, se calcula, se construiría el cuerpo de almacenamiento del acervo, adonde se trasladarían los documentos. Queda pendiente la etapa tres, el proyecto del despacho at103.
“A estas alturas del sexenio -afirma la directora del AGN- preocupa que los recursos invertidos para derribar el edificio de RENAPO, hacer los estudios de suelo e ingeniería, y adquirir estructuras metálicas, se puedan perder. Creo, y es una posición mía, que el Archivo General de la Nación necesita mayor flexibilidad, sobre todo administrativa y presupuestal para resolver problemas sin tener que pasar por la burocracia de la Secretaría de Gobernación”.
http://www.eluniversal.com.mx/cultura/65324.html

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