Del etnógrafo al archivista: dos tendencias en el arte contemporáneo.- Hal Foster
En su texto “El artista como etnógrafo” (1996), Hal Foster planteaba la existencia de un cambio significativo en el arte contemporáneo que estaría marcado por una tendencia etnográfica. Basado en el interés del artista por un “otro” cultural, este cambio se veía reiterado en una multitud de proyectos que involucraban al artista y a comunidades al margen del sistema imperante del arte.
Sin embargo, Foster advertía sobre los peligros que conllevaba este modelo etnográfico como la auto-absorción, el narcisismo del yo y ocaso del otro, el adoptar el rol de antropólogo paternalista y hablar por el otro sin una distancia crítica ni cuestionamiento del lugar ocupado por el artista.
Estas disyuntivas se exacerban cuando el texto de Foster es tomado como un modelo a seguir al pie de la letra, caso que se manifiesta en Colombia y otros países donde se adopta acríticamente el esquema de trabajo “etnográfico” entre artista y comunidad, especialmente por medio del concepto de “colaboración”.
A casi diez años de distancia, Foster propone en su texto “An Archival Impulse” (2004) la presencia de otra tendencia en el arte contemporáneo que se desmarcaría del auge de la estética relacional y los modelos de participación que parecen abundar en un mundo cada vez más digitalizado.
El impulso de archivo se caracterizaría por la excavación física de eventos y figuras del mundo moderno para proponer nuevos modelos de contra-memoria y reflexión en torno a la diseminación de la información
hoy en día y la creación de una memoria cultural, evitando caer en la citación paródica de la apropiación o los desvíos de sentido de la crítica institucional.
Estas prácticas recuperarían proyectos imposibles e inacabados del pasado no para rememorar nostálgicamente sus logros y fracasos, sino para generar archivos expandibles y re-combinables que pondrían en duda el carácter construido y dado de sus documentos anticipando a la vez su propia ruina futura.
El impulso de archivo apuntaría tanto a un desgaste del arte contemporáneo, sus modelos productivistas y su crítica posmodernista desafectada, como a una posibilidad de abrir otros caminos de acción en un presente donde todo parece valer lo mismo y dejar pocas huellas.
Si bien esta segunda tendencia pareciera desbaratar el problema de la autoridad del
modelo etnográfico, así como cuestionar la efectividad del modelo relacional y participativo imperante en gran parte de arte contemporáneo, su propia pertinencia y usos en otros sitios queda abierta a la revisión crítica.
[A propósito de la participación de Hal Foster en la Universidad de Los Andes, septiembre 2011]
Fuente: http://esferapublica.org/nfblog/?p=18912
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